miércoles, 12 de marzo de 2008

Gracia (version 2.1)

Lo entiendo doctor, pero lo que pasa es que ya no puedo aguantarla, todos los días es lo mismo con ésta. Ya son casi veinte años y ya no me parecen graciosas sus tonterías, sin mencionar lo avergonzado que me siento. Verá, antes solíamos ser buenos amigos, literalmente inseparables, los días comenzaban y ella estaba siempre ahí, con una sonrisa enorme que me alegraba el día con sólo verla. Me levantaba, alcanzaba mis zapatos, tomaba una ducha, desayunaba, y ahí permanecía, todo el tiempo, siempre con esa sonrisa. No era fastidioso, al contrario, me resultaba de lo más agradable su presencia y me parecían hilarantes todos sus chistes. Me asombraba lo enterada que estaba del mundo desde esa posición.

Aún recuerdo cuando íbamos juntos a la escuela, se sentía como apenada y le daba por esconderse y retraerse. En esos tiempos no era altanera, recuerdo perfectamente los días en los que se burlaban de ella y venía conmigo para que la consolara. De igual forma, cuando algo me ocurría a mí, podía siempre contar con ella. Los dos éramos un equipo inseparable, siempre riendo y cuchicheando.

De tal manera que decidí que debía tener un nombre. La llamé “Gracia”, no tanto por la similitud que hay entre lo que es y el nombre, más bien porque sólo bastaba con que ella se moviera un poco para hacerme retorcer de risa. Y así continuamos, siempre juntos, a cada momento; aunque poco a poco comenzó a cambiar nuestra relación. Pasamos a secundaria y tuve mi primera novia, ya en ese tiempo no era tan cómoda la situación, constantemente le daba por interrumpir las conversaciones para hablar de ella misma, como si todo girara en torno suyo. Pero seguimos, de alguna forma estimándonos mutuamente, cuando todavía no era tan densa la atmósfera.

El tiempo transcurrió y lentamente comenzó a surgir ese sabor de aborrecimiento, un enfado que se ha nutrido cada día más, hasta ahora. Si antes me alegraba la jornada, ahora ya no, ahora más bien la siento como una espina clavada que diluye los momentos que para otra persona serían placenteros. Puedo decir que ha sido como una piedrita que uno lleva en el zapato y que paulatinamente y por alguna razón crece, adquiere vida propia y hasta se burla descaradamente del infortunado que la porta, o sea yo.

Así continuó la cosa, a lo largo de estos años mi panza y yo hemos pasado por innumerables historias. La verdad no entiendo por qué se ha vuelto así, antes era muy modesta y cortés, amable en todo momento. Hoy en día es burlona y grosera, todo el tiempo con una cara que lejos de contagiar alegría, da un pánico terrible. Siempre asomándose inquisidoramente; y cuando se la ve, se apodera de uno un escalofrío absoluto que te recorre de pies a cabeza. Y no sólo se contenta con eso, además hace comentarios que ciertamente incomodan a la gente, que si tal persona es una callejera o no, que si tal tipo se mete con quien, que si no hay nadie mejor que ella... Resulta insoportable entablar cualquier comunicación con ella, ya no puedo más, ya no la aguanto.

Honestamente, no creo que sea muy importante lo que piense la panza que uno tiene, no obstante siempre he tenido mala suerte, mire que sólo a mí me tenía que tocar una que además de incómoda, tuviera carácter. Si no fuera porque ahora está dormida, nos estaría armando un tremendo escándalo que para qué le cuento. Ella es así, no es ni educada, ni modesta, y exige como si fuera una persona importante, mandona y encajosa.

Por eso vine con usted, tengo en usted toda mi confianza, yo ya he intentado de todo, desde dietas al borde de la hambruna, pastillas carisísimas, licuados amargos y asquerosos, hasta cremas y, válgame Dios, incluso ejercicio. Y siempre se queda ahí, mofándose, parloteando la poca cosa que piensa que soy y aparte alegando que nunca me libraré de ella. Ya no la quiero, si pudiera, la arrancaría de un solo golpe, la tomaría con mis manos hasta tenerla bien sujeta y con toda mi fuerza la desmembraría hasta que ya no quedase nada, ni un solo rastro. Desafortunadamente sé que no puedo hacer eso, lo peor es que ella también, aprovechándolo en cualquier oportunidad, restregándomelo en la cara con toda desfachatez.

Esto ya ha tardado mucho. Ya sé, conozco cómo son estas cosas, pero de todos modos me parece que han tardado bastante. Yo esperaría que para lo que cobran, el servicio fuera excelente. Bueno, no me quejo, al menos la enfermera fue linda.
¿Usted sabe cómo se llama? Me gustaría conocerla, desde que llegó ha sido muy amable y además es muy bonita. Bah, solo espero librarme de ésta para poder seguir con mi vida. Aunque, si todo sale bien, tal vez la invite a salir (suspiros), eso sólo si no se asustó demasiado. Mire que hace rato me estaba preparando para la cirugía, y todo iba de maravilla, hasta el momento en el que la estúpida ésta despertó. La pobre enfermera no sabía ni qué hacer, Gracia comenzó a insultarla, como siempre, sin siquiera saber lo que pasaba y ya estaba gritando y chillando, como gallina y que la estuvieran desplumando. Todo el hospital tuvo su rato de entretenimiento, no hubo más remedio que darle sedantes y rezar por que funcionaran.

Para mi suerte lo hicieron, y después de un rato pude ver de nuevo a la preciosa enfermera, por su cara pude percibir lo conmocionada que estaba, eso es lo que siempre ocasiona esta jodida Gracia, no hay día en el que no haga algo parecido. Después me trajo a este cuarto con usted, me puso el suero, me recostó y me inyectó con eso que está en ese frasco justo al lado suyo, supongo que han de ser otros sedantes o algo parecido. Ya tardaron en hacer efecto, ojala el tiempo pasara más rápido, ya me estoy desesperando.

Dígame, ¿qué le van a hacer después de que nuestra separación? Yo trato de imaginarme que llevan a las panzas a un lugar, digamos bonito, cómodo, algo así como un lugar de retiro para las panzas cansadas, donde puedan tomar el sol en sillones reclinables, con bebidas exóticas y toda la cosa. Al menos eso es lo que me esfuerzo en imaginar. Ustedes deben hacer algo con ellas, porque ni modo que las tiren o regalen, eso no estaría bien, la panza de una persona tiene historia, y en casos como el mío, tiene incluso personalidad, emociones, mente. Son cosas que no se pueden tirar así nomás, sería como echar a la basura una parte de nuestro ser y siendo parte de nosotros, merecen algo de respeto, por mucho que no las queramos.

Esto ya está haciendo lo suyo, me siento medio cansado. Usted no me ha respondido, sigue sentado esperando no sé qué, desde hace rato no me dice nadita. Ya le conté cómo es mi situación, no sería mucho pedir que me contestara. ¿Qué es lo que le van a hacer a Gracia? Al menos tengo ese derecho, ella es parte de mí, merezco saber qué le va a pasar. Por favor, dígame lo que le van a hacer…

Sigue sin responder, tal vez no fue tan buena idea venir, esa cara que pone no me da ninguna seguridad. Por favor dígame, después de todo esto ¿al menos podré verla de nuevo? Mínimo podría darme alguna seña, en vez de esa cara tan indiferente, tenga algo de respeto, después de todo es de mi cuerpo de quien estoy hablando.

Cada vez es más difícil seguir despierto. Me preocupa su silencio. Debe ser por lo que imagino y que siempre supe, nunca hice caso. Sólo quería librarme de ella… deshacerme de…. Fue un error venir, no puedo… es Gracia. Pasé mi infancia con ella, la que me conoce todo. Siempre ha estado ahí, apoyándome a su modo.

No puedo… por lo menos dígale que… que esta no es mi intención, yo no quería nada malo… sólo quería… Dígale que nunca la olvidaré, siempre recordaré sus bromas, que me arrepiento… que siempre fue buena conmigo… que soy una persona terrible. Hágale saber cuánto la quise… por favor. Yo no quería esto… carajo… dígale que la quiero… que me perdone. Por favor…

1 comentario:

Beatriz Pimentel dijo...

Bien!! Pese algunos errorcillos de conjugación te quedó muy bien tu reload de Gracia jajajaja. Sobretodo el final.

Abrazotes