Subimagen

Cardinal, mancha, imagen desollada
criatura amorfa y ruidosa
rasgos lúgubres coloridos
líneas bizarras, espontáneas

Te envuelvo en mi mirada,
carezco de intenciones propias
me ofrezco a servirte
permanencia inmóvil, estado latente
te engalanas.

Substancia mórbida, admiración
momentánea e indetenible.
Las formas se vuelven materia.
Las ideas adquieren nombre.
El sin nombre deviene substantivo.
La forma retorna natural.

Flujo

Aspiro, volteo, suelo,
las criaturas se pliegan y crecen,
sombras y siluetas se funden,
agujeros inmensos de luz,
reflejos del vacío.
Luchan por el último sorbo de vida,
por la última miga de iluminación,
por devorarla.

Espiro, los muros comienzan a hablar,
los escucho susurrando entre sí.
Asamblea de viejos equiconscientes,
discuten de todo y de nada,
arrogancia incomprendida
El silencio saturado en susurros y
la discusión empieza.
El aire inhala, la voz calla, la quietud sale
rostros inmutables con voces inexistentes,
la comunicación fluye independientemente,
se desliza entre los cuadros, corre por el pasillo.

El ambiente me observa, me interroga,
el aire me acaricia,
percibo su calor, su textura.
Me seduce momentáneamente,
técnica infalible del deseo.
Corta mi respiración, bloquea mis pulmones
libera el placer, enlista mi cuerpo.

Cierro los ojos,
oscuridad absoluta, magnífica
escucho latidos, latidos fuertes
gritos de un corazón enardecido
flujo desesperado de energía amenazante
alguien me vigila,
abro los ojos.
vuelvo a cerrarlos,
siento mis manos,
las doblo, las huelo, las saboreo
salado
toco mis pies,
áspero, dolor,
escucho un susurro.

Me habla y parlotea
de fronteras farsantes, borrosas.
Mortalidad, inseguridad,
poder, augurio, deseo.
Sentir, vivir.